Otra crónica del historiador Sergio Vigueras.
La Fiesta de la Primavera, como su nombre lo dice, recibía el nuevo aire y cambio de buen clima, pero no era una simple fiesta, sino que muchísimas actividades que comenzaban al menos un mes antes y que se desarrollaban en esplendor por tres días consecutivos plagados de sana alegría y diversión.
Fiestas que ensalzaba la juventud chilena en pos de los valores como el compañerismo, la camaradería, la sana competencia, pero por todas las actividades que se realizaban, iban apuntando al valor de la caridad.
En nuestra ciudad las Fiestas de la Primavera se venían celebrando desde 1915, y no solamente entusiasmaban a la juventud, sino a toda la familia, las comparsas, las fiestas de disfraces, los deportes, convocaban a gentes ya maduras y por supuesto a la comunidad liceana y colegial.
La Fiesta de la Primavera del año que estamos recordando 1943 venia empapada de caridad, puesto que el año anterior la viuda del presidente Aguirre Cerda, doña Juanita, había hecho un llamado a reunir fondos en todo Chile para la navidad de los niños pobres. Las fiestas primaverales se comenzaron a celebrar a partir de entonces para reunir fondos para este objetivo, ya sean regalos, juguetes, ropitas y golosinas.
Las actividades se realizaron los días 5, 6 y 7 de noviembre de 1943, venían como siempre cargadas de actividades: el clásico Elogia a la Reina, en verso libre máximo dos carillas, las candidatas fueron las Srtas. Inés Zavala, Ema Bunster, Ester Santolaya y Norma Faust, la mayoría de estas señoritas contaba con 15 años y estudiaban humanidades en el Liceo de Niñas; también se abrió un concurso de afiches para las fiestas primaverales pro Pascua para los niños pobres de Angol, resultando ganador Manuel Gallardo.
Para el 30 de octubre de ese año, ya había terminado el proceso de votos para escoger a la reina quien resultó ser Ema Bunster, quien se hizo llamar Emma I, ¡Viva la Reina! Exclamaba la ciudad alborotada dando inicio a la ansiada Fiesta.
Ese año se armó el llamado Circo de la Primavera, que se componía de talentos locales, destacando domadores de fieras, equilibristas, payasos entre otros elementos de la ciudad y región.
Las actividades típicas fueron la Velada Bufa que re realizaba en el Teatro Rex, donde se esperaba la llegada de la Reina Emma I y su corte de honor, dando paso a la declamación del poeta ganador con el elogio a la Reina, que cayó en Heraldo; y posteriormente se dio paso a nutridos número artísticos. Al día siguiente la Reina se dedicó a visitar La Caja de Ahorros donde fue agasajada con un ágape, posteriormente visito los niños enfermos del Hospital San José, el Convento Santa Ana y la Cárcel.
Luego en la tarde del segundo día se desarrolló el Circo Bufo en el Estadio Municipal. Lo mejor para el ultimo día fue el Carnaval de Carros alegóricos, las comparsas y toda la alegría desarrollada alrededor del principal paseo la Plaza de Armas, que en ese entonces se llamaba Plaza Benjamín Vicuña Mackenna, desde el año 1886, dicho sea de paso, como homenaje a la muerte de este gran compatriota.
En estos carros alegóricos participaban más de 50 organizaciones comunitarias, Escuelas, Liceos, Clubes de toda índole, deportivos especialmente pues había muchos deportes como futbol, boxeo, ciclismo, jockey, tenis, natación, patinaje, esgrima, rayuela, caza y pesca, ajedrez, entre otros y muchas otras organizaciones sociales.
Son los recuerdos de las Fiestas Primaverales de ese Angol que ya no existe, de ese Angol de hace 80 años atrás.