Ven el trabajo como el enemigo que les quita el tiempo para la familia y creen que las niñas son mejores para combinar la ropa y los niños para aguantar el dolor. Con un cuestionario validado por la UNICEF, se entrevistó a 156 niños, de entre 7 y 9 años, de colegios públicos, subvencionados y particulares sobre la felicidad y las preocupaciones de ellos y sus padres.
NADIE SE ATREVERIA A DISCUTIRLO. Los hijos son el centro de la felicidad.
Entre los 7 y los 9 años la felicidad es cualquier cosa que entretenga, que saque sonrisas, que distraiga. Y también es cualquier persona que reconforte, que proteja, que felicite. De eso dan cuenta las respuestas de los niños consultados para este reportaje, que dicen considerarse, en un 93, 6% felices. Por cientos de razones puntuales, felices.
Y esa autopercepción que parece un tanto sencilla e incluso ingenua, tiene implicancias que para los especialistas de la UNICEF repercuten fuerte y positivamente en la dinámica familiar. Porque cuando a los niños se les pregunta si ven a sus padres felices, el 91% dice que sí. Y ante el ¿por qué? Responden mayoritariamente que es porque ellos (los niños) son el centro de la felicidad de sus padres.
¿Ejemplos? Muchos. ¿Cuándo son felices tus padres?: “Cuando ellos están conmigo y mi hermana, cuando sonríen y me abrazan (María José, 8 años); “Dicen que tienen unos hijos maravillosos y cuando nos portamos bien” (Ximena, 7 años); “Son felices porque cuando fui al sicólogo dijeron que soy el hijo que siempre quisieron” (Fernando, 9 años); “Cuando hacemos cosas que nos gustan y cuando no trabajan” (Carmen Gloria, 8 años).
“Los niños aparecen con alta autoestima al decir que sus padres son felices porque los tienen con ellos”. Para Soledad Larraín, consultora de UNICEF, todas esas respuestas son el reflejo de hijos con un gran amor propio y que se sienten en ambientes protegidos.
Los padres como pareja y el divorcio
La pareja y el divorcio son dos ámbitos tan adultos que muy pocos conversan con niños de menos de 9 años y, a la vez, tan insoslayables que esos mismos niños registran y analizan desde su propia perspectiva. Y en ese empeño, es que dan de manera hiperrealista con una visión de sus padres que va más allá del tradicional papá y mamá.
Si no le queda claro, mire lo que contestan ante la pregunta, ¿qué es lo que te causa más felicidad?: “Ver a mi papá y a mi mamá juntos y verlos todos los días” (Beatriz, 8 años); “Que mi familia y yo estemos felices, que salgamos y que no peleemos” (Carmen Paz, 9 años); “Soy feliz porque mis papás no están separados, porque tengo papá, mamá y hermanos para jugar” (Daniela, 7 años); “Mis principales preocupaciones son que mi hermana pequeña se pierda, que mis padres se separen y que nunca más tenga amigas” (Sofía), 8 años)
En cada una de estas frases subyace un aspecto que hasta hace un par de décadas no era parte del ámbito infantil. Al menos no de manera consciente. Los niños en sus respuestas reflejan la permanente preocupación por cómo se llevan sus papás, por si salen juntos, por si se hacen cariño. El definitiva, reflejan la preocupación que tienen por si además de padres son pareja, y en ese entendido, la familia va a continuar igual.
Los tiempos que corren, la alta exposición a temas más adultos en la televisión, la constatación diaria sobre las repercusiones del divorcio. Las explicaciones, dicen los especialistas, pueden ser muchas y muy variadas, pero lo concreto es que los niños están hoy muy conscientes de lo que impacta en la familia.
“La percepción de la armonía dentro de la casa para los niños está dada por la relación de pareja. Cuando hay mayor tensión es más difícil compartir momentos juntos, si los papás están peleados es más difícil salir. Los niños lo saben”, explica María Elena Hoffmann, psicóloga de la Universidad del Desarrollo y quien analiza la encuesta.
Foto: reconquista.com