Con este curioso nombre, el libro de Juan Cristóbal Demian (Legado Ediciones) explora, analiza y escarmena los últimos años de la democracia chilena, esa misma que hace rato permanece “en panne”.
En un Chile donde no abundan los intelectuales o cientistas políticos de derecha que salgan a la palestra, el nombre de Juan Cristóbal Demian asoma como un intelectual vanguardista, con bríos e ideas renovadas, que no trepida en decir las cosas por su nombre y asiste a cuanto foro o seminario lo inviten. La televisión aún lo mira con recelo, y prefiere llevar a sus pantallas a gente de derecha que no “la piense tanto”, pues es posible que el andamiaje del discurso de izquierda que muchos canales avalan, se desmonte o quede fracturado.
Demian es un intelectual de fuste que ha hecho una carrera meteórica.
Y no es de los que se prosterne ante el sector que defiende. A parejas, fustiga las fisuras de una derecha que ha sido demasiado obsecuente con el bando opositor. A ratos, mendicante.
Trajinando las páginas de “Radical Libre”, no pude dejar de recordar al pensador francés Alexis de Tocqueville, en su libro “La Democracia en América”, escrito en 1835 y con tintes proféticos. Allí el historiador francés plantea que la pasión por la igualdad será capaz en el futuro de llevar a un franco desprecio por la libertad. ¿No es acaso a los que nos llevó el Frente Amplio en su crítica contumaz por la desigualdad en Chile? Y no se puede negar que ese discurso panfletario caló hondo en el votante más joven (18 a 30 años) que se tragó el bocado con facilidad pasmosa.
La desigualdad hiere la sensibilidad de cualquiera, pero a esa lacra persistente debemos agregar hoy una inflación galopante y una delincuencia que avasalla. Como dijo un analista amigo mío, “nadie se muere de desigualdad, pero de hambre, sí”.
Las ollas comunes son cosa frecuente en nuestro país; y no un ominoso invento de una oposición que sigue encandilada y afligida frente al nulo atisbo de índice alguno que nos permita ser un poco optimistas.
La falta de liderazgos también es abordada por este lúcido politólogo.
Hoy por hoy estamos viendo un desfile interminable de precandidatos presidenciales…algunos sin destrezas y muy discretos para merecer la condición de tal. Pero, todos autoconsiderados como capacitados para ejercer un cargo que requiere tantas cualidades.
Esto me recuerda a Cicerón, el gran pensador romano, cuando sentenciaba que “la falta de líderes hace de cada uno un líder”.
Juan Cristóbal Demian se ha mantenido sólido ante los embates de argumentos febles y sus ponencias son de una contundencia irrebatible.
En “Radical Libre”, (Legado Ediciones, 319 páginas) ofrece una mirada alternativa acerca del narco estallido social del 18 de octubre de 2019 y sus principales coletazos: la campaña por cambiar la Constitución y el regreso de los comunistas al poder.
Es un libro que exuda profundidad para analizar los fenómenos de los últimos años.
Y permítanme una digresión: Karl Popper, uno de los filósofos de la ciencia más importantes del siglo XX señalaba que la democracia consiste fundamentalmente en el derecho a cambiar, a deshacerse de un gobierno que a uno no le gusta…cada cuatro o cinco años, dependiendo del país.
Ese sería entonces el límite dentro del cual a la mayoría de la gente le interesa ejercer sus derechos democráticos.
Luego de leer “Radical Libre”, infiero que ese ejercicio está en riesgo en el Chile actual.
PARRAFO ESCOGIDO:
-“La derecha chilena se sumergió en la más grave crisis de anorexia intelectual por lo que haya pasado alguna vez. Mientras que en el ámbito cultural, la izquierda dura, que habitaba fuera de la Concertación, comenzaba a avanzar silenciosamente a pasos agigantados en la subconsciencia colectiva…”
(Del libro “Radical Libre”, página 27)