Por Mario Grandón Castro
Con profunda tristeza y respeto, escribo estas líneas para recordar y honrar la memoria de un querido y estimado profesor, Hipólito Anabalón Ruiz, quien falleció la mañana del sábado a la edad de 86 años, dejando un vacío en quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y compartir en las labores docentes. Su legado como educador y ser humano permanecerá vivo en nuestros corazones y en las mentes de aquellos a quienes inspiró.
El profesor Anabalón Ruiz no solo se destacó por su vasto conocimiento y dedicación a la enseñanza, sino también por su calidez, humildad y genuina preocupación por el bienestar de sus estudiantes, además como dirigente gremial.
Cada lección que impartía no era solo un acto de transmisión de conocimiento, sino un verdadero ejemplo de entrega y pasión por formar a las generaciones futuras, como genuino normalista, egresado de la Escuela Normal de Victoria, cuna de grandes maestros.
Su influencia fue más allá del aula; con su carácter afable y generoso, cultivó en muchos de nosotros no solo el amor por el saber, sino también los valores de integridad, respeto y compromiso social. Siempre dispuesto a escuchar, a guiar y a apoyar, su figura se erige como un faro de luz en el recuerdo de aquellos que tuvieron la fortuna de cruzar su camino.
Hoy nos unimos en el dolor por su partida, pero también celebramos la vida de un hombre que dejó huella en cada persona que tocó. A su familia y seres queridos, les extendemos nuestras más sinceras condolencias, con la esperanza de que encuentren consuelo en el cariño y reconocimiento que tantos sentimos por este docente.
Que descanse en paz, sabiendo que su legado perdurará en todos nosotros, quienes compartimos, no solo la amistad, sino que las tareas docentes en Escuela Thomas Alva Edison. Amigo y colega Hipólito Anabalón, descansa en paz.
Su funeral, se llevará a efecto este lunes 21 en el Cementerio Municipal a las 12,00 horas.
